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HIDRÓGENO RENOVABLE

El hidrógeno renovable despega en España con la primera convocatoria

hidrógeno renovable

Su creciente aparición en los medios informativos constata lo que ya es un hecho: el hidrógeno renovable se presenta como un vector energético clave para lograr la descarbonización de la economía.  El elemento químico más abundante del planeta, que no emite CO2 cuando se utiliza, es una de las grandes apuestas españolas para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Así lo refleja su protagonismo en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) diseñado por el Gobierno para impulsar la transformación del país tras la pandemia de la Covid-19.

Uno de los cuatro ejes transversales del PRTR es la transición ecológica, y la importancia de este nuevo vector energético dentro de este plan queda reflejado en su componente 9: la Hoja de Ruta del hidrógeno renovable y su integración sectorial.

El PRTR sienta las bases estratégicas para que España evite emitir a la atmósfera 1.125 millones de toneladas de CO2 para 2030. Para lograrlo se han destinado 1.555 millones de euros, y ya se han consignado 150 millones de euros para esta primera convocatoria del 7 de marzo.

Por añadidura, el hidrógeno renovable es el protagonista del tercer PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) aprobado por el Gobierno en diciembre de 2021 (tras el PERTE del vehículo eléctrico y conectado y el PERTE de Salud de Vanguardia).

El PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento busca, entre otras cosas, posicionar a España como referente tecnológico en la producción y aprovechamiento del hidrógeno renovable.

El hidrógeno renovable en España

Anualmente se consumen en España cerca de 500.000 toneladas de hidrógeno como materia prima industrial en distintos sectores. Pero la mayoría de este hidrógeno procede del reformado del gas natural, por lo que no es sostenible. Aunque su uso como vector energético es todavía mínimo, se presenta como una herramienta necesaria para desplazar a otros combustibles y descarbonizar sectores en los que es inviable la electrificación o sustitución por usos renovables directos.

Por ello, en el componente 9 del PRTR se han fijado los siguientes objetivos para alcanzarlos en 2030:

  • Disponer de una red de al menos 100 ó 150 hidrogeneras de acceso público.
  • Tener al menos 4 GW de electrolizadores instalados en España (un 10% del objetivo marcado para toda la Unión Europea).
  • Utilizar en régimen continuo de trenes propulsados con hidrógeno en, como mínimo, dos líneas comerciales de media y larga distancia en vías que actualmente no están electrificadas.
  • Que el hidrógeno renovable contribuya con al menos el 25% del total del hidrógeno consumido en 2030 en todas las industrias consumidoras de hidrógeno (tanto en fuente energética como materia prima).
  • Utilizar maquinaria de asistencia en tierra a aeronaves que utilice pilas de combustible de hidrógeno renovable e introducir puntos de suministro en los cinco puertos y aeropuertos españoles más importantes.

Las primeras convocatorias

Se han previsto varias líneas de actuación para focalizar las inversiones en el marco del PRTR. Dentro de la línea 3 del componente 9, el pasado 18 de febrero se publicó el ‘Programa de incentivos a proyectos pioneros y singulares de hidrógeno renovable’, que abrirá el plazo de solicitud el 7 de marzo hasta el 6 de mayo.

Con un importe total de 150 millones de euros, se espera financiar un mínimo de diez proyectos para impulsar el despliegue de aplicaciones comerciales de proyectos integrales que incluyen la producción, distribución y consumo de hidrógeno renovable en una misma ubicación territorial. Habrá un máximo de 15 millones de euros por beneficiario y se abren cuatro líneas de actuación elegibles: instalación de producción y distribución local de hidrógeno renovable; usos industriales; usos en movilidad pesada; aplicaciones estacionarias innovadoras.

Otra de las líneas de actuación que tiene previsto abrir una convocatoria de ayudas próximamente es la línea 1, que impulsa la generación de conocimiento y el desarrollo de tecnología y capacidades en toda la cadena de valor de hidrógeno renovable, buscando además el apoyo a las pymes y los centros tecnológicos.

La importancia del hidrógeno renovable

El hidrógeno renovable ha llegado para quedarse porque puede utilizarse sin coste medioambiental como materia prima, combustible o vector energético y como almacenamiento de energía, por lo que tiene grandes aplicaciones en los sectores de la electricidad, la industria y el transporte. Por añadidura, también permite aprovechar los excedentes de energía fotovoltaica y eólica (cuando se produzca energía de origen renovable y no se consuma se podrá generar hidrógeno verde, almacenarlo y convertirlo en electricidad cuando la demanda así lo requiera).

Pero si ofrece tantas ventajas, ¿por qué no se ha utilizado antes de manera más recurrente? Porque por un lado actualmente el hidrógeno renovable no puede competir en igualdad de condiciones con el hidrógeno de origen fósil (el combustible producido por el hidrógeno “más contaminante” es de 1-1.5 euros/kg, mientras el de origen verde cuesta cuatro veces más, entre 5 y 7 euros/kg) para sustituirlo como materia prima. Por otro lado la falta de desarrollo tecnológico en usos finales, junto con la diferencia de precio respecto a otros combustibles fósiles, no ha facilitado su uso como vector energético.

Otra desventaja es que por su baja densidad pesa muy poco pero ocupa mucho volumen, lo que dificulta su producción y hace que su desarrollo tecnológico sea escaso. Su actual producción debe descarbonizarse por completo y lograr un despliegue a una escala mucho mayor para que sea un vector competitivo.

Con ayudas como las ya citadas, el hidrógeno renovable avanzará con paso firme en la hoja de ruta para su implantación en el sector energético en busca de la neutralidad climática.

 

 

 

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