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PERTE
Abierta la primera convocatoria del PERTE Agua con una línea de ayudas de 200 millones de euros
Esta ayuda financiará proyectos que impulsen la mejora de la digitalización de los usos del agua urbana
Agua y tecnología digital. Dos mundos aparentemente distantes – el de los recursos básicos universales, por un lado, y el del progreso tecnológico, del otro – se juntan en el PERTE de Digitalización del ciclo del agua, del que, la semana pasada, el Gobierno lanzó la primera convocatoria. Desde el 1 de octubre 2022 y en un plazo de 90 días hábiles (es decir, contando solo los días de lunes a viernes no festivos) es posible presentarse al PERTE Agua y pedir financiación para proyectos que impulsen la mejora de la digitalización de los usos del agua urbana.
“Se trata de una oportunidad única para los operadores de agua”, asegura Daniel García, director de la sede de Andalucía y Extremadura de Zabala Innovation. “Si tienen algún proyecto singular de transformación digital en este ámbito, es su momento”, añade.
La línea de ayudas activada con esta primera convocatoria del PERTE Agua asciende a 200 millones de euros. Se financiarán actuaciones que permitan la mejora del control de los usos del agua; el fomento de la gestión digital tanto del abastecimiento como del saneamiento y de la depuración de aguas residuales; los proyectos para la mejora de la eficiencia y disminución de pérdidas en las redes de distribución de agua, y mejoras tecnológicas en la gestión de las depuradoras y vertidos de aguas residuales.
A esta convocatoria se pueden presentar también acciones de fomento de la telelectura de contadores, avisos a la ciudadanía en la gestión del agua, plataformas de control y seguimiento de los usos del agua y, en general, refuerzo de la transparencia en la gestión del agua y de la ciberseguridad.
Las ayudas y los beneficiarios del PERTE Agua
Las ayudas se distribuirán en régimen de concurrencia competitiva. El importe máximo de la ayuda por cada solicitud no podrá superar los 10 millones de euros y el importe mínimo no podrá ser inferior a 3 millones de euros. El órgano concedente, sin embargo, se reserva el derecho de otorgar una subvención inferior a la cantidad pedida por el solicitante. Por ello, en caso de reformulación de proyectos para ajustar los compromisos y las condiciones a la subvención otorgable, la ayuda podrá ser inferior a ese umbral.
Los beneficiarios potenciales de esta financiación son los ayuntamientos y el resto de administraciones de gestión del agua, así como operadores de los servicios de abastecimiento, saneamiento y depuración de agua urbana en uno o varios términos municipales que superen los 20.000 habitantes.
No obstante, en esta convocatoria está prevista una reserva de 60 millones de euros para propuestas que engloben a varios términos municipales y que incluyan municipios de menos de 20.000 habitantes. De esta manera, se establece con carácter general una intensidad máxima de la ayuda que puede situarse entre el 60% y el 90% de los gastos subvencionables.
El órgano instructor del procedimiento será, por lo general, la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Se prevé que la resolución de la convocatoria se realice durante la primavera del próximo año. El plazo de finalización de los proyectos será el 31 de diciembre de 2025, aunque se contemple poder llegar hasta el 1 de junio de 2026, como límite máximo.
Esta convocatoria es la segunda acción del PERTE Agua tras el reparto en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente de otros 100 millones de euros a las Comunidades Autónomas. “No está enfocada en el despliegue, sino en proyectos transformadores y replicables, que sean punta de lanza en la digitalización del ciclo del agua”, señala García. “Más adelante, después de esta línea, habrá otras oportunidades similares para comunidades de regantes (destinadas a aumentar la implantación de contadores en las tomas de agua y en parcelas, mejorar los sistemas de control de la humedad y conductividad del suelo, aumentar la medición de los aportes de fertilizantes o automatizar los sistemas de riego) y otras para industria”, concluye García.